TEMA 10: LA ORGANIZACIÓN TERRITORIAL Y LOS DESEQUILIBRIOS REGIONALES
1- EVOLUCIÓN HISTÓRICA::
La
organización político administrativa actual es el resultado de un
largo proceso histórico en el que la división territorial ha
experimentado numerosas modificaciones.
1.1.
La organización político-administrativa en la Antigüedad
Hasta
la conquista romana,
el territorio peninsular estuvo habitado por diversos pueblos
indígenas, con sus propias instituciones y costumbres.
Bajo el
dominio romano
se creó por primera vez una organización administrativa en
provincias,
cuyo número se incrementó desde las dos iniciales hasta siete.
Los
visigodos
crearon por primera vez un estado independiente y unificado, con
capital en Toledo.
1.2.
La organización político-administrativa en la Edad Media
En
la Edad Media
– Los
musulmanes organizaron
su territorio en provincias (coras) y alternaron etapas de unidad y
de fragmentación territorial en las que las provincias se convertían
en reinos independientes.
– Los
cristianos
crearon en su avance reconquistador, sus propios sistemas
político-administrativos, que son el origen de la diferenciación
regional actual.
En
la cordillera Cantábrica
se creó el reino de Asturias, que posteriormente dio lugar al reino
de León,
el reino de Portugal
y el reino
de Castilla.
En
la zona pirenaica
surgieron Navarra,
Aragón y los Condados Catalanes,
a éstos se unió después el reino
de Valencia
y con las islas
Baleares.
1.3.
La organización político-administrativa en la Edad Moderna
– Los
Reyes
Católicos
reunieron los territorios peninsulares, excepto Portugal. Pero esta
unión fue exclusivamente dinástica, pues cada reino mantuvo sus
propias estructuras político-administrativas y fiscales.
– Con
los Austrias
continuó esta situación en los siglos XVI y XVII.
En
el siglo XVIII
se produjo el primer intento uniformizador con los Borbones.
El primer monarca Borbón, Felipe V, implantó una intensa
centralización y uniformización mediante los Decretos
de Nueva Planta.
Estos suprimieron la organización político-administrativa de la
Corona de Aragón (Cortes, legislación, instituciones) y se
estableció el modelo castellano. Solo Navarra y el País
Vasco conservaron sus particularidades institucionales por su
fidelidad al rey.
1.4.
La organización político-administrativa contemporánea hasta la
Constitución de 1978
En
el siglo XIX, el
ministro de Fomento Javier
de Burgos realizó
una nueva
división provincial en 1833,
que coincide prácticamente con la actual, organizó el territorio en
49 provincias, que en 1927 fueron 50 al dividirse las islas Canarias
en dos provincias. Cada provincia tenía una ciudad como capital y la
misma administración, facilitando la intervención del gobierno en
ellas y el centralismo. Las regiones se convirtieron en simples
referencias para el estudio de ciertos rasgos paisajísticos,
económicos o folclóricos.
No
obstante, el sentimiento de pertenencia regional pervivió, como se
puso de manifiesto en la Primera
República
(1873-1874). Durante este período se proyectó un estado federal
organizado en regiones con competencias de gobierno, que no se llevó
a la práctica ante la escasa duración de la República.
Tras
ella, la Restauración
de
la monarquía abrió un período de intensa centralización. Como
reacción, surgieron distintos movimientos
regionalistas,
que reivindicaron la región
y
la promoción de la cultura regional.
En
el siglo XX,
la Segunda
República
declaró que España era un estado integral compatible con la
autonomía de los municipios y regiones (Constitución de 1931). Así,
durante este período y la Guerra Civil, Cataluña, el País Vasco y
Galicia pidieron y plebiscitaron afirmativamente proyectos de
estatuto de autonomía.
Al
finalizar el conflicto, el franquismo
implantó un estado unitario, abolió los estatutos de autonomía
vasco y catalán, reprimió el nacionalismo al identificarlo con el
separatismo.
- ORGANIZACIÓN POLITICO-ADINITRATIVA
2.1.
Las divisiones político-administrativas
La
organización político-administrativa actual es propia de un Estado
descentralizado, que reparte la toma de decisiones entre diferentes
divisiones territoriales con capacidad de autogobierno en los asuntos
de su competencia. Estas son:
– El
municipio
es la entidad territorial básica. El gobierno y la administración
municipal corresponden al Ayuntamiento, integrado por el alcalde y
los concejales. Los concejales se eligen por los vecinos y el alcalde
es elegido por los concejales.
– La
provincia
es una entidad territorial formada por una agrupación de
municipios. Su función es prestar servicios de ámbito provincial y
coordinar los servicios de los municipios. El gobierno y la
administración corresponden a la Diputación integrada por un
Presidente y diputados. Los diputados eligen al Presidente.
– La
comunidad autónoma
es una entidad territorial formada por provincias, dotadas de
autonomía legislativa y capacidad de autogobierno sobre los asuntos
de su competencia.
Mientras
que los municipios y las provincias ya estaban creados a la muerte de
Franco, las comunidades autónomas tuvieron que constituirse, a lo
largo de un complicado proceso.
2.1.
El Estado de las autonomías
El
período autonómico se
inició tras la promulgación de la Constitución
de 1978.
Esta establece la indisoluble
unidad de la nación española
y reconoce y garantiza
el derecho a la autonomía
de las nacionalidades
y regiones
que la integran, así
como la solidaridad entre todas ellas.
Así
quedaron constituidas las 17:
– Cataluña,
el País Vasco y Galicia (regiones históricas)
– Andalucía.
– Comunidad foral
de Navarra,
– Principado
de Asturias,
Cantabria,
Castilla-León, Castilla-La Mancha, C. de Madrid, La Rioja, C.
Valenciana, Extremadura, Aragón, Región de Murcia, Islas Baleares y
Comunidad de Canarias.
– Ceuta
y Melilla
recibieron el rango de municipios autónomos y, a diferencia de las
comunidades, carecen de capacidad legislativa.
2.2. La
organización del estado autonómico
La
organización del estado autonómico se caracteriza por los
siguientes rasgos:
a) Cada
comunidad autónoma se halla regida por su Estatuto de autonomía,
aprobado por las Cortes.
b)
Las
comunidades pueden asumir competencias
pueden ejercerse de forma exclusiva
(la comunidad legisla y aplica la legislación) o compartida
con el Estado.
Las
competencias que pueden asumir las comunidades son muy amplias:
- políticas (organizar sus instituciones de autogobierno);
- económicas (agricultura, ganadería, bosques, pesca, caza, ferias interiores, fomento del desarrollo);
- infraestructuras y transportes (obras públicas, carreteras, ferrocarriles, puertos, aeropuertos) ordenación del territorio, urbanismo, medio ambiente y vivienda;
- sociales y sanitarias (asistencia social, sanidad, higiene, protección de edificios e instalaciones), y
- culturales, deportivas y de ocio (museos, bibliotecas, conservatorios y fomento de la cultura, la investigación, la lengua propia, el turismo, el ocio, el deporte, etc.).
c) Las
instituciones
de una comunidad autónoma son las siguientes:
– La
Asamblea Legislativa o Parlamento
autonómico
elabora
la legislación. Sus miembros se eligen por sufragio universal cada
cuatro años.
– El
Consejo de gobierno
o
gobierno
autonómico ejerce el poder ejecutivo. Está integrado por el
presidente de la comunidad y por consejeros, elegidos por el
presidente.
– El
Tribunal Superior de Justicia
es la máxima representación del poder judicial.
Además, en
cada comunidad autónoma existe un delegado
del Gobierno,
encargado de dirigir la administración general del Estado en la
comunidad y de coordinarse con ella.
d) La
financiación
de las comunidades autónomas responde a dos modelos:
- Las comunidades de régimen común se financian con ingresos propios y con tributos cedidos por el Estado (% IRPF, IVA..). El Fondo de Suficiencia compensa desequilibrios.
- El régimen foral afecta al País Vasco y Navarra, donde cada uno de sus territorios históricos se financia con los ingresos tributarios recaudados por su propia administración fiscal. La comunidad autónoma pacta con el Estado la cantidad a pagar a la Administración General del Estado mediante conciertos o convenios.
– Los
Fondos de Compensación Interterritorial (FFCI)
pretenden evitar los desequilibrios territoriales aportando ingresos
a las comunidades más desfavorecidas, que son las comunidades con
renta per cápita inferior a la media nacional.
e) El
Estado de las autonomías se basa en la igualdad territorial y en
solidaridad. Este
hecho implica que los Estatutos de las comunidades no pueden contener
privilegios o discriminaciones en cuestiones fiscales, salariales o
de seguridad social, y que no pueden ahondarse los desequilibrios
entre comunidades.
Los
desequilibrios territoriales
1. Las diferencias
espaciales: causas e indicadores
Existen
desequilibrios socioeconómicos y demográficos entre las comunidades
autónomas.
Las
causas
de los desequilibrios son las diferentes condiciones naturales y la
desigual distribución de los recursos, la localización de las
actividades económicas más dinámicas en cada momento histórico y
las actuaciones humanas, que los han acentuado hasta épocas
recientes.
Los
indicadores
de los desequilibrios son numerosos:
– Los
desequilibrios económicos
se observan en la capacidad productiva y se miden por el PIB.
– Los
desequilibrios demográficos se
manifiestan en la distribución de la población, medida por la
densidad de población.
– Los
desequilibrios sociales
se reflejan en la renta disponible de los hogares y en nivel de
bienestar.
2. La evolución de
los desequilibrios territoriales
2.1. El
origen de los desequilibrios actuales
Entre
mediados del siglo XIX y la crisis económica de 1975, el
factor
fundamental
de los desequilibrios territoriales fue
la localización de la industria moderna.
- Las áreas más desarrolladas fueron la periferia cantábrica y mediterránea, donde se localizó inicialmente la industria y Madrid, que añadió a la industria funciones terciarias como capital del Estado y principal centro financiero del país.
Las nuevas
áreas dinámicas surgidas en la década de 1960: el eje del Ebro, al
que se difundió la industria, y las islas Baleares y Canarias,
favorecidas por el desarrollo turístico.
Estas
áreas, en el terreno económico,
concentraron el mayor crecimiento del PIB. En el terreno demográfico,
recibieron inmigrantes de las regiones del interior peninsular,
aumentando su densidad de población. Y en el terreno social,
incrementaron la renta bruta disponible de los hogares por encima de
la media y consiguieron un buen nivel de vida gracias a la dotación
de infraestructuras de transporte y de servicios sociales
(sanitarios, asistenciales, escolares, culturales y de ocio).
b)
Las áreas menos desarrolladas
fueron las del interior peninsular, en las que se mantuvieron el peso
excesivo del sector primario; las industrias escasas, pequeñas y
tradicionales, y los servicios de baja cualificación. Crecieron,
pero en general, el ritmo fue menor.
2.2.
Los cambios producidos por la crisis económica de 1975
La crisis
económica de 1975 acabó con la primacía de la industria como
factor
explicativo de los desequilibrios territoriales.
– Las
regiones industriales sufrieron una aguda crisis;
sobre todo, las especializadas en sectores maduros (cornisa
cantábrica), y en menor medida las que contaban con industrias más
diversificadas (Cataluña).
– La
crisis afectó menos a las regiones que poseían menor peso
industrial.
Como
consecuencia
de la crisis, se frenó el anterior proceso de concentración
espacial de la producción y de la población en las áreas más
industrializadas, dando lugar a un nuevo modelo de desequilibrios
territoriales.
2.3.
Los desequilibrios territoriales actuales
A partir de
1985, la reestructuración económica que siguió a la crisis cambió
los factores
en
que se basaban los desequilibrios territoriales y la jerarquía
espacial.
2.3.1.
Los nuevos factores de los desequilibrios actuales
– La
industria pierde peso como factor de desarrollo
debido a la reestructuración de muchos sectores tradicionales y a la
tendencia a descentralizar parte de la producción hacia nuevos
espacios industriales. Así se
rompe la identificación anterior entre regiones desarrolladas e
industrializadas.
– Los
servicios avanzados, la innovación y la alta tecnología se
convierten
en los principales
factores
de desarrollo:
- funciones rectoras y de decisión;
- servicios a la producción; actividades financieras, comerciales y de distribución, turismo
- industrias de alta tecnología, telecomunicaciones, y agricultura tecnificada
- la disponibilidad de mano de obra de alta cualificación
- las inversiones en tecnología y formación
- la calidad de las infraestructuras y de los equipamientos
- la existencia de buenas comunicaciones con el entorno y con el extranjero.
2.3.2.
La jerarquía espacial actual
Estos
nuevos factores está constituyen tres tipos de territorios:
a)
Los ejes de desarrollo son
las regiones más favorecidas por los nuevos factores de desarrollo:
Madrid; la Y constituida por el País Vasco, el valle del Ebro y el
litoral mediterráneo norte, y los archipiélagos balear y canario.
En lo
económico,
más significativas que las cifras del PIB son las del porcentaje que
suponen en él los sectores punta, la innovación y la I+D, que
continúan beneficiando a Madrid, Navarra, el País Vasco y Cataluña.
En el terreno demográfico
se da la tendencia a difundir la población y parte de la actividad
económica hacia otras áreas. En el terreno social,
la renta bruta disponible por los hogares, los servicios y los
equipamientos están por encima de la media.
b)
Los ejes en declive son
los espacios muy especializados en sectores industriales maduros o en
crisis. Entre ellos se encuentran algunos de la cornisa cantábrica,
como Asturias y Cantabria.
En estas
áreas, en el terreno económico
el
PIB crece por debajo de la media, la
población
se encuentra estancada o en retroceso. Y en el terreno social,
la disparidad en renta bruta disponible por los hogares y en
bienestar es menor, ya que partían de niveles más altos.
c)
Los
espacios menos desarrollados son
los que cuentan con un mayor peso económico del sector primario;
escaso desarrollo de las industrias avanzadas, y corresponden a las
regiones del interior con Galicia, Andalucía y Murcia.
En estas
áreas, en el terreno económico,
algunas comunidades como Murcia y Andalucía han incrementado su PIB
por encima de la media en los últimos años, gracias al desarrollo
de la agricultura tecnificada y del turismo; su PIB está por debajo
de la media nacional. En el terreno demográfico
existen
disparidades entre las bajas densidades de las comunidades del
interior, motivadas por la emigración de épocas pasadas, y las
altas densidades del litoral, superiores a la media. Y en el terreno
social,
existen carencias en infraestructuras y servicios.
Las
políticas regionales y
de cohesión territorial
- Las bases de la política regional
Las
políticas regionales son el medio de paliar los desequilibrios
regionales de un Estado y de fomentar el desarrollo regional.
En
España la política regional se inició en la década de 1960, con
los Planes de Desarrollo (1964-1975). Estos se basaron en el fomento
de la industria en ciertas áreas atrasadas (polos de promoción y
polos de desarrollo industrial) para que actuase como motor del
desarrollo del entorno. Sus escasos resultados cuestionaron la
eficacia de las actuaciones centralizadas y desde arriba y, tras un
período de letargo (1975-1985), dieron lugar a partir de 1986 a una
nueva política regional, marcada por tres hechos:
– El
deseo de llevar a la práctica el principio de la solidaridad
interterritorial establecido por la Constitución.
– El
establecimiento y el desarrollo del Estado de las autonomías.
– La
adhesión a la Comunidad Europea.
La
política estatal para corregir los desequilibrios debe
seguir
las directrices marcadas por la
política
regional
de la Unión Europea,
y fomentar
su desarrollo a través de los gobiernos autonómicos,
a los que la Constitución otorga competencias en la ordenación de
su territorio.
2. La política
regional y de cohesión de la Unión Europea 2007-2013
Tras
su ingreso en la Comunidad Europea en 1986, España se integró en la
política regional europea. Desde entonces ha recibido fondos
comunitarios y su política regional debe ser aprobada por la Unión
Europea.
1.1.
Los objetivos de la política regional europea
La política
regional europea tradicional ha tenido como objetivo corregir los
desequilibrios entre las regiones europeas y aumentar la cohesión
territorial.
La nueva
política regional 2007-2013
se propone además reforzar la competitividad de todas las regiones
para hacer frente a la creciente competencia mundial entre
territorios determinada por la globalización. Para ello, de acuerdo
con la Estrategia de Lisboa (2000), es necesario:
- impulsar la economía del conocimiento (I+D, sociedad de la información, e innovación) y
- mejorar el modelo social (creando más y mejores empleos y evitando la exclusión social)
- todo ello en un marco general de desarrollo sostenible.
Para
conseguirlo, la política regional se propone tres
objetivos:
- La Convergencia pretende aproximar las regiones menos desarrolladas a las más avanzadas.
En este
objetivo se incluyen regiones, que reciben el 81,54% de los fondos:
Son
las que tienen un con PIB por cabeza por debajo del 75% de la media
comunitaria.
b)
La
Competitividad Regional y el Empleo
se
propone mejorar la competitividad y el empleo de las regiones. Recibe
el 15,95% de los fondos:
Canarias
recibe además el 44,4% del total del fondo destinado a las regiones
ultraperiféricas (RUP) para atender a sus especiales dificultades.
c) La
Cooperación Territorial Europea
pretende
mejorarse mediante proyectos de cooperación transfronteriza (entre
regiones europeas fronterizas), transnacional (entre regiones de los
estados comunitarios) e interregional (entre las regiones) y recibe
el 2,52% de los fondos.
1.2.
Los instrumentos de la política regional europea
En
conjunto, aportarán a España más de 35 mil millones de euros.
– El
FEDER (Fondo
Europeo para el Desarrollo Regional) financia inversiones destinadas
a reducir los desequilibrios territoriales. Aporta fondos a las
regiones de Convergencia, a las de Competitividad y Empleo y la
Cooperación Territorial Europea.
– El
FSE (Fondo
Social Europeo) financia actuaciones destinadas a desarrollar los
recursos humanos, prevenir y luchar contra el desempleo facilitando
el acceso al trabajo de los más desfavorecidos.
– El
Fondo de Cohesión
financia exclusivamente inversiones públicas en medio ambiente y en
redes transeuropeas de transporte en los países con renta nacional
bruta por cabeza inferior al 90% de la media comunitaria.
Para
conseguir el objetivo general de competitividad, las inversiones de
estos fondos deberán dirigirse prioritariamente a impulsar y a
crear más y mejores empleos.
Para
acceder a las ayudas europeas, el Estado y cada comunidad autónoma
deben presentar a la Unión Europea programas para cada uno de los
fondos.
1.3.
Las repercusiones de la política regional europea en España
La
integración española en la política regional comunitaria ha tenido
diferentes repercusiones:
– Ha
supuesto una cierta cesión de la soberanía a la Unión Europea.
– Ha
permitido recibir ayudas que han favorecido la convergencia española
con Europa. Así,
durante el período 1988-2006 España ha sido el país que ha
recibido más ayudas europeas.
– Ha
reducido los desequilibrios interterritoriales,
al concentrar las ayudas en las regiones más desfavorecidas.
Por otra
parte,
una batería de 39 indicadores utilizados para medir los
desequilibrios regionales muestra que
las regiones españolas evolucionan más favorablemente que la media
de la UE en los indicadores
demográficos y tienen
una buena situación en infraestructuras de transporte.
Sin
embargo, se sitúan por
debajo
de la media comunitaria en los indicadores
económicos de
productividad,
mercado de trabajo, formación e I+D,
lo que ha provocado una cierta desaceleración de la convergencia en
los últimos años.
De este
análisis se desprende que las regiones de convergencia deben
mantener su esfuerzo en favor de la cohesión con el resto de la UE,
y que las de competitividad deben mejorar la productividad.
3. La política
regional del Estado español
La
Constitución Española establece que el Estado debe velar por el
equilibrio entre las regiones y garantizar la aplicación del
principio de solidaridad. Para ello, lleva a cabo una política
regional, dentro de las directrices de la Unión Europea.
3.1.
Los objetivos de la política regional estatal
Los
objetivos de la política regional española son lograr un desarrollo
regional equilibrado potenciando a las regiones más desfavorecidas y
fomentar el potencial endógeno.
Las
estrategias para conseguir estos objetivos son:
– Consolidar
el crecimiento de las áreas más dinámicas
– Detener
el declive de la cornisa cantábrica
y recuperar su antiguo potencial de crecimiento.
– Impulsar
el despegue del eje Mediterráneo sur
(Andalucía y Murcia), incorporándolo al dinamismo del eje del
mediterráneo norte.
– Apoyar
al resto de las regiones,
a través de importantes inversiones en infraestructuras,
diversificación económica y desarrollo del potencial endógeno.
3.2.
Los instrumentos de la política regional estatal
Para
conseguir estos objetivos, el Estado debe fomentar la actividad
económica en las zonas menos favorecidas y en las que atraviesan
especiales dificultades económicas. Los instrumentos para
conseguirlo son la concesión de incentivos regionales y los Fondos
de Compensación Interterritorial.
Los
incentivos regionales
Los
incentivos regionales son las ayudas financieras concedidas por
el Estado
a la inversión empresarial en ciertas zonas con el fin de paliar los
desequilibrios interterritoriales y reforzar el desarrollo endógeno.
Estas
ayudas deben ser compatibles con la normativa europea sobre
competencia y con las directrices de la nueva política regional
europea para el período 2007-2013.
– La
normativa europea sobre competencia
prohíbe, en general, las ayudas estatales porque distorsionan la
competencia y el comercio intracomunitario.
– Las
directrices de la nueva política regional europea
para el período 2007-2013. De acuerdo con ellas se han establecido
las zonas de aplicación de los incentivos, los límites máximos de
las ayudas, los sectores y los proyectos promocionables.
- Las zonas de aplicación de incentivos se aplican según el PIB
Las
regiones con PIB per cápita inferior al 75% de la media europea
perciben los tipos más altos de ayuda. Las regiones las más
beneficiadas Extremadura y Canarias. Esta última, por su condición
de región ultraperiférica.
Las
regiones con PIB per cápita superior al 75% de la media europea,
entre
las que se encuentran las de competitividad, perciben ayudas a tipos
más bajos.
b) Los
sectores promocionables
son: industrias extractivas y transformadoras, particularmente las de
tecnología avanzada, agroalimentarias y de acuicultura, servicios
a la producción y sectores que mejoren las estructuras comerciales,
los alojamientos turísticos y las instalaciones de ocio
complementarias.
c) Los
proyectos promocionables
son los que supongan la creación de nuevos establecimientos, su
ampliación o la modernización de las instalaciones.
Los
Fondos de Compensación Interterritorial
Para paliar
los desequilibrios territoriales y hacer efectivo el principio de
solidaridad, la Constitución estableció la creación de un Fondo de
Compensación. De acuerdo con ello, se creó en 1980 el Fondo de
Compensación Interterritorial.
Hasta 1990
benefició a todas las comunidades autónomas; a partir de entonces,
solo lo reciben las que tienen renta per cápita inferior a la media
nacional.
Los
recursos de los Fondos proceden de los Presupuestos Generales del
Estado y son distribuidos por las Cortes entre las comunidades
autónomas
4. La ordenación del
territorio.
La
ordenación del territorio
Las
diferentes regiones llevan a cabo también políticas destinadas a
paliar sus desequilibrios internos y a fomentar su desarrollo
económico, social y medioambiental, como forma de hacer frente a la
creciente competencia entre territorios a escala mundial y nacional.
Para
que estas resulten eficaces y no generen contradicciones, deben
realizarse coordinadamente para el conjunto del territorio, mediante
políticas de ordenación del territorio.
4.1. Los
objetivos de la ordenación del territorio
La
ordenación del territorio
es,
según la Carta Europea de Ordenación del Territorio (1983), “la
expresión espacial de la política económica, social, cultural y
ecológica de toda sociedad”.
- Sus objetivos son:
- el desarrollo socioeconómico equilibrado de las regiones y la organización integral del espacio que supone una correcta distribución y accesibilidad de las dotaciones y equipamientos.
- la organización integral del espacio supone coordinar las políticas económicas sectoriales, con la mejora del bienestar social y de la calidad de vida y con la preservación del medio ambiente y de los recursos.
Este hecho
supone un fuerte contraste con la organización territorial anterior
europea y española en la que predominaban las políticas económicas
sectoriales independientes y descoordinadas, que solían generar
contradicciones entre sí y no consideraban los costes sociales y
medioambientales.
b) De
acuerdo con estos fines, la ordenación del territorio es a la vez
– Una
disciplina científica
de carácter interdisciplinar que abarca diversas ciencias con
implicaciones territoriales como la geografía, la economía, la
sociología, el urbanismo, el derecho, etc.
– Y es
una política
porque la consecución de sus objetivos es una tarea esencialmente
política, en la que debe darse la participación de los poderes
públicos y del conjunto de la sociedad.
4.2.
Los instrumentos de la ordenación del territorio
a) El
instrumento básico para la ordenación del territorio es la
elaboración de un plan.
Este comporta siempre dos aspectos fundamentales:
– El
análisis de la situación actual,
modelo territorial actual.
– La
planificación territorial
incluye las estrategias, actuaciones, instrumentos y recursos
necesarios para alcanzar los objetivos, así como su periodización.
Una vez
alcanzado el modelo territorial propuesto, éste se convierte en la
nueva realidad que habrá que analizar y planteará nuevos retos.
b) El
ámbito principal de la planificación territorial es la región.
Su ordenación corresponde a las autoridades regionales, que elaboran
los Plantes Territoriales Generales, con las directrices generales.
4.3. La
ordenación del territorio en España
En España,
la política de ordenación del territorio se inició en la década
de 1980, tras la consolidación del Estado de las autonomías.
El
espacio predominante
en el que se ha venido desarrollando es
el regional,
sin embargo, al tratarse de una organización global del
espacio aparecen también
implicados los ámbitos europeo, estatal y local,
que tienen atribuciones sobre ciertos temas con destacada incidencia
en la ordenación del territorio.
Por
ello es importante una comunicación permanente entre las
administraciones de cada uno de estos ámbitos.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada